Propuesta 61 de Biodiversidad para la Universidad Pablo de Olavide
Analizar si existen puntos negros de colisión de aves con las infraestructuras del campus y si es así señalizar cristaleras y otros puntos que se detecten
Analizar si existen puntos negros de colisión de aves con las infraestructuras del campus y si es así señalizar cristaleras y otros puntos que se detecten
Implantar una alternativa ecológica de mantenimiento de jardines y zonas verdes.
Establecer una alternativa ecológica de mantenimiento de jardines y zonas verdes
Tener un programa ecológico de mantenimiento y conservación de jardines (insecticida biológicos, etc)
Para poder revertir la deforestación que ha habido durante siglos deberíamos de plantar árboles y así las emisiones de gases de efecto invernadero se reducirían.
Jardines colgantes en edificios y pasillo que conecta el Edificio 18 con Edificio 24 (el pasillo del pinar del Santa Clara). Aportará verdor, biodiversidad, secuestro de carbono y, dado que es recomendable regarlo por goteo o niebla, aportará frescor, además de atraer polinizadores.
Porque no formar el bosque de las Ánimas, plantar un árbol con las cenizas de nuestros difuntos.Hay algo más hermoso que dar vida cuando ya la has perdido. Y evitaríamos la contaminación que produce tirar las cenizas indiscriminadamente. Un saludo
Creación de charcas para anfibios. Aunque la Universidad Pablo de Olavide cuenta con dos lagunas y una charca para permacultura en los huertos, éstos no son el hábitat adecuado para muchas especies de anfibios. Las lagunas tienen mucha gambusia y cangrejo rojo, y la charca de los huertos sólo alberga rana común. Sería interesante realizar varias charcas efímeras con periodos secos que son el hábitat idóneo para especies como el sapo corredor, sapillo pintojo, sapillo moteado, gallipato etc. Una buena zona para realizarlas sería entre el campo de rugby y el canal.
El campus es un espacio lo suficientemente amplio, que alberga no solo especies emblemáticas, sino funciones ecosistémicas interesantes. Una de ellas es la comunidad de polinizadores y otras especies más o menos relacionadas con el control biológico en agrosistemas. La gestión de espacios como este (tanto de Córdoba como en Cádiz) es un campo de pruebas necesario por una doble labor: la divulgación y el estudio de las interacciones en las zonas periurbanas, por ejemplo, entre insectos y plantas o para conservar fauna que no encuentra otros espacios de reproducción en las ciudades. En otras palabras, se podría resumir como aumentar la BIODIVERSIDAD CULTURAL y FUNCIONAL. Pero el manejo se limita a favorecer aves y/o especies vistosas, más que a fomentar funciones importantes, como las que apunto. Pongo unos ejemplos. Antiguamente en la UPO se reproducian especies de anfibios que hace años que no lo hacen. En este sentido, el manejo ha disminuido la biodiversidad del grupo de vertebrados más amenazado del planeta. Por otro lado, también la comunidad de murciélagos o insectos no se conoce lo suficiente, ni se fomenta, por poner ejemplos. Espacios como este son únicos a la hora de aprender sobre el manejo y pueden marcar una dirección en la conservación de funciones ecosistémicas en las ciudades (mejor que las que aporta la creación de nuevas infraestructuras, como el futuro anillo verde de Sevilla). Se están dando pasos pero tenemos que ser más creativos, valientes y eficaces. Crear un grupo de conservación activa con fondos propios entre el alumnado más comprometido puede ser una vía. Crear redes, vincular al profesorado e investigadores y tratar los temas en las asignaturas o promover la investigación y acción más participativa, además de favorecer la biodiversidad cultural, mejorará la funcionalidad, tocando varias áreas temáticas (alimentación, economía circular, etc.).
Mejorar la utilidad del programa de sostenibilidad, haciendo que este disponga de un mayor peso a la hora de valorar qué actividades fomentar hacia el alumnado, permitiendo que mucha más gente muestre interés por unirse a esas actividades, pero no hacerlo ver como una asignatura más, o una molestia con la que tener que seguir adelante, sino realizar actividades cuyo objetivo principal sea el aprendizaje real y, sobre todo por la labor social, permitiendo que muchos de los alumnos forjen nuevas amistades de cara al disfrute de la verdadera vida universitaria.